En un rincón, murallas, una escalera interminable, y el silencio se pierde con los crujidos del lugar, y mis sueños son minorías, y mi respiro se expande y se pierde en las orillas de cada rincón, y mi cuerpo quieto, como una estatua sin sentimientos.
En un lugar despoblado, con una mirada anónima, un libro con arrugas, y un violín en mano, y mis manos ineptas a cualquier movimiento, ni mi deficiente voz suele callar, y tampoco hablar, es plano todo, el dolor no se fía de mi, entonces huye, y la felicidad
Nunca ah sido mi hermana, los sentimientos no sofocan, y no tengo alma, mi cabeza ahuyenta a la razón, y no logro adaptarme a un triste rincón, el rincón sin sentimientos,
Y no tengo objeto, razón, propósito, no hubo causa para este efecto, no hubo secuencia dentro del tiempo, y todo se altera, las cosas lentamente se degradan y dejan de diferir unas de otras, mi perseverancia de insistirle al viento se perdió junto con aquellos sentimientos. Entonces ni digna ni valor tendré para hablar, porque a diferencia de ustedes, soy polvo, un polvo insuficiente a coordinarse con la vida, y de ella marco un límite, un límite que ya termino…
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